PAÍS LIBRO

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fidel prado

la sangre empuja

Nelly Scott recibió la carta de su padre a altas horas de la noche, cuando acababa de regresar de una gran fiesta que, organizada por algunos ovejeros de la ciudad, había congregado en el gran salón de uno de los mejores hoteles de Boixe a lo más selecto de las mejores familias de los contornos. Generalmente, cuando terminaba la faena del esquileo de las ovejas y la lana era vendida, siempre en buenas condiciones, el éxito de su venta solía celebrarse de diversos modos, y uno de ellos consistía en organizar un magnífico baile de sociedad, en el que se reunían las muchachas más bellas y elegantes de los contornos y los muchachos más codiciados por su posición social. Muchos de los asistentes a la fiesta estaban ya comprometidos en matrimonio y el baile servía únicamente para proporcionar un alegre contacto entre las parejas. Otros, en cambio, aún no se habían decidido a comprometer su libertad y acudían al baile a otear el ambiente y a calibrar los méritos y la posición social de las muchachas aún sin compromiso, por si les interesaba comprometerse con ellas.