PAÍS LIBRO

Autores

fidel prado

la legión de los furtivos

El sol de la mañana, ya empezando a alborear, apenas si conseguía filtrar la luminosidad de sus rayos a través del tupido toldo de frondosas y altas ramas que se entrelazaban en las alturas, formando una muralla que desafiaba la fuerza del astro rey. Sin embargo, en medio de aquella tupida espesura, ahora había un ancho claro en el que el sol vertía la fuerza de su luz, como gozosa de que algo imprevisto le hubiese abierto una siniestra ventana por la que asomarse a las entrañas del bosque, sin obstáculos invencibles que se le opusieran. Pero aquel amplio boquete no había existido nunca; nació horas antes de una manera siniestra, abierto por el poder destructor de un incendio a saber provocado por quién.