la cuadrilla de ted sanders
Una abigarrada y extraña muchedumbre se agolpaba apretujándose con furia en la calle principal de Muskogee, en el Estado de Oklahoma, frente al ancho y largo escaparate de la mejor funeraria del poblado. Tras la luna ya empañada por los sucios alientos de los curiosos que se pegaban a ella para mejor ver, se alineaban tres féretros en posición casi vertical, para que los curiosos pudiesen apreciar mejor su macabro contenido. De los tres féretros, dos estaban ocupados por dos extraños cadáveres, en tanto que el del centro se hallaba vacío, quizá en espera del “inquilino” que debía ocuparlo hasta que los gusanos y el tiempo convirtiesen en cenizas sus despojos.