estación de recambio nº 12
AQUEL era el único sendero que cubría la ruta de diligencias desde Baker a Pendleton, a través de los montes Azules. No había otro que cruzase la enorme espina dorsal de aquella cadena de montañas ásperas, repelentes, altísimas y escarpadas, que a modo de barrera se extendían desde más allá de la divisoria de Washington hasta casi el centro de Oregón, un poco hacia su parte este.