el tigre del chaparral
—No me explico cómo haya podido hacerlo, Iván. Fíjate bien y comprende. Es cierto que todo el paisaje que abarca desde aquí nuestra mirada, es un denso chaparral, sin apenas un leve claro, y que un hombre escondido en él, es como una serpiente debajo de un peñascal, pero el matorral tiene un término y ese término está rodeado de hombres al acecho para cazarle a la salida. »Llevamos dos días con dos noches de luna clara sin dejar de vigilar en torno a esa espesura; nuestros compañeros vigilan como lobos para que no se les escape, y nadie ha descubierto nada. De haber escapado, tenía que haber salido a terreno abierto, y le hubiesen descubierto. Sin embargo, nadie dio señales de vida. Tiene que estar ahí dentro, en alguna parte difícil de descubrir, y en algún momento tendrá que dar la cara.