duelo mortal
BÁRBARA Mitchell estaba furiosa contra ella misma y contra la humanidad en pleno. La vida mansa, amable y sin lagunas que había gozado hasta entonces, se le había torcido de repente hasta crearle una situación embarazosa, que amenazaba con convertirse en algo peligroso si el destino no lo remediaba. Cuando su padre, un prestigioso ranchero de Weheler, en Dakota del Sur, casi en la divisoria de Nebraska, decidió casarse por segunda vez con Ruth Petersen, Bárbara lo tomó muy a mal. Ruth era una mujer que nunca le había agradado, era mucho más joven que su futuro marido, demasiado frívola para poder compararla con su primera esposa y rodeada de una familia nada recomendable por su carácter y por otras cualidades que los hacían peligrosos.