denver: oro y plomo
En Norteamérica, la nación fabulosa y extraordinaria, donde todo lo que resulta exótico y trivial en la vieja Europa, anquilosada en su rancia civilización, es allí normal y corriente, han surgido de golpe y de la nada, ciudades que nadie sospechó que pudiesen florecer con tal pujanza. En cambio, grandes conglomerados que prometieron llegar a ser populosos centros urbanos, murieron aplastados en flor por los caprichos de la suerte, o por la veleidad de los que los levantaron con esfuerzo para después hundirlos indiferentes, como el que por capricho destroza un valioso juguete que ya no le divierte, ansiando otro nuevo que se obstina en construir.