demasiado peligroso
Todos los deudos, sin excepción, de Arch Michener, estaban de acuerdo en calificarle de la «Calamidad pública número uno» de la familia, y no les faltaba razón para aplicarle tal calificativo. Desde que Arch tuvo uso de razón y empezó a usar de ella desde muy chico, todos los actos de su dinámica vida sólo fueron eso, una calamidad que revirtió en los suyos, creándoles conflictos y disgustos a mansalva. Fuerte, poderoso, dotado de un temperamento exaltado e incontrolable, tanto en el colegio como fuera de él, se manifestó como un toro con fiebre en plena libertad.