cuatreros del gila
AQUELLA noche, después de cenar temprano, Joby Granney, el «sheriff» de Theba, un pequeño poblado adentrado en el desierto de Arizona en su única parte habitable que era la zona recorrida por la línea férrea del South Pacific, cerró sus oficinas y se dispuso a pasar un par de horas sentado a la puerta de la cabaña de Loosh Gibson, el cazador con cuya hija sostenía relaciones amorosas.