cuadrilla de expoliadores
El viaje desde Waco hasta Laredo, rayando con la frontera mexicana junto al curso del río Grande, había sido harto pesado para Bonita Grebville, pero el trayecto desde este último puesto a Cuevitas, en diligencia, por un paisaje triste, monótono, igual, paisaje dedicado a pastos o agricultura, sin una variedad que rompiese el trazo uniforme de la pradera, la tenían molida y estaba deseando llegar al punto de destino para tomarse un merecido descanso, a poder ser, y borrar de su retina aquel panorama huidizo y aplastante que desfilara ante sus ojos durante tres días.