cruces de paz
Cuando aquella mañana de primeros de abril ya entrada una agradable y alegre primavera, las familias de Tarlton Rollins y de Rock Garman, abandonaron la sala del tribunal donde el juez acababa de fallar el apasionante pleito que había encendido la pasión y el odio entre ambos clanes, todo el pueblo tenía el presentimiento de que la paz que siempre había reinado en el poblado, se iba a ver turbada y rota de tal modo, que sólo la paz de un puñado de tumbas podría apagar las hogueras que el fallo acababa de avivar hasta el máximo.