PAÍS LIBRO

Autores

fidel prado

con la muerte de cara

Eran las tres de la tarde de un día bochornoso de pleno verano. El sol, como un inmenso volcán en ebullición, arrojaba su lumbrarada sobre las polvorientas calles del pequeño poblado de Cerro Colorado, al Sur de Arizona, casi en la divisoria de México. El poblado pequeño, de casa bajas de adobe muy blancas, sobre cuyas fachadas el sol reverberaba fieramente aumentando la sensación de bochorno, se extendía sobre la planicie a no mucha distancia del Baboquivari Peak, un monte cónico, adusto, que se erguía en la gran llanura como un gigante solitario que sestease perezosamente a la abrasadora caricia del astro rey.