así lo quiso el destino
El rodeo en el rancho de Fergus Craske había concluido exactamente a las seis y cuarto de la tarde anterior y la agotadora faena, que había durado quince días interminables de esfuerzos y trabajo, no pudo ser más halagüeña en su resultado, pues se habían recogido muchas reses medio perdidas por parajes insospechados, se habían recontado y marcado las crías en un número bastante crecido y el balance arrojaba dos mil reses más de la cuenta, a base de aquel expurgo y aquel aumento de natalidad.