el gato gatigrís y el perro desaparecido
Érase una vez un gato llamado Gatigrís, un gato gris con cuatro patas, una nariz muy metiche (es decir, le encantaba meter sus narices en los asuntos de los demás), una cola peluda y rebelde (es decir, su cola no obedecía a nadie, ni siquiera a Gatigrís) y un vecino perro muy fastidioso. Realmente el problema no era que el vecino fuera un perro, sino que ese perro era bobo y siempre molestaba a Gatigrís. Y si no me creen, escuchen lo que les voy a contar: