cachorro de hombre
El rancho «Amapola», de Rolando Dorrego, atravesaba por una situación llena de prosperidad y de calma. La venta de hacienda había proporcionado buenos ingresos y las reses de invernada iban engordando muy bien en los campos de pastoreo. El año se presentaba magnífico. Tanto el capataz como los vaqueros estaban muy contentos, porque disfrutaban de buenos sueldos y el trabajo no era matador.