la muerte se viste de seda
Roy Pearson dio varias vueltas a la papeleta impresa que acababan de entregarle. Era una citación. Y según rezaba allí, para presentarse ante el honorable juez Markham, para un acto de conciliación con su esposa. Roy no tenía motivo alguno para reconciliarse con Milly. En primer lugar, porque ni siquiera había existido disgusto previo entre ellos. Al parecer, ella no era de la misma opinión. Y el motivo de la citación, estaba allí consignado con total claridad.