PAÍS LIBRO

Autores

clark carrados

concierto en calibre 38

El hombre apuró el resto del licor que había en su copa y luego se inclinó hacia adelante con todo descaro. La rubia le rechazó jovialmente. —No te aproveches, Max —dijo. —La culpa es tuya, por no ir vestida como la decencia y la modestia mandan —dijo Max Evans sarcásticamente—. Claro que tú desconoces el significado de esas palabras… A Kitty Michaelson le gustaban los grandes escotes y los vestidos muy ceñidos. Y le gustaban los hombres que admiraban su opulenta silueta, pero, más todavía, los que le demostraban su admiración con buenos billetes de Banco. —En esta época, todos desconocemos el significado de esas palabras, Max —contestó ella filosóficamente—. Sobre todo, tú.