PAÍS LIBRO

Autores

clark carrados

con las manos en la cabeza

Caminaba detrás del sujeto y por eso no se dio cuenta de la interrupción que representaba la mujer que le cerraba el paso, hasta que chocó con ella, con tanta fuerza que casi estuvo a punto de derribarla. —Perdone —dijo, sin mirarla siquiera. Toda su atención estaba centrada en el hombre al que seguía, quien acababa de meterse en el portal de una casa no demasiado lejana. —Una limosna, por el amor de Dios —solicitó la mujer.