PAÍS LIBRO

Autores

carrie alexander

suave como el terciopelo

Con sus interminables piernas y su exuberante melena rubia, Lacey Longwood era la fantasía de todo hombre... y la pesadilla de Alec Danieli, porque no podía tocarla y seguir siendo su guardaespaldas. Lacey no estaba contenta con la situación. No estaba acostumbrada a recibir órdenes, ni a que la rechazaban cuando deseaba tan intensamente como deseaba a aquel ex marine de mirada ardiente y penetrante. Alec era tan sensual como el terciopelo negro... y Lacey era, a fin de cuentas, la mujer de terciopelo negro.