PAÍS LIBRO

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c. aubrey rice

niebla alucinante

Sí, sí... Todo ha empezado hace diez minutos escasos. Ha sido como un sueño. Como un sueño raro. Por lo menos, se lo aseguro a ustedes, achacándolo a sueño es como únicamente me explico el motivo -el verdadero motivo- de que mi automóvil esté ahí, empotrado en ese árbol, y yo aquí... ¡Si yo tenía que estar ahora en el dentista, con mi tía Fanny! ¿Que cómo ha sucedido? Pues muy fácil. Verán: hace unos diez minutos, cuando saqué el coche del garaje, cerré la puerta de éste y me volví a aquél, que tenía parado a seis yardas mal contadas. Y entonces fue cuando me encontré con el pobre señor Kuht. Estaba sentado en el estribo.