PAÍS LIBRO

Autores

burton hare

encaje y asesinato

Los pasajeros del gigantesco avión transoceánico se alinearon en la Aduana. El tumulto inicial de los encuentros con los que habían esperado la llegada de familiares o amigos se había calmado un tanto y ahora sólo se escuchaba el rumoreo de las conversaciones. Los trámites aduaneros fueron pronto dejados atrás. La gente se encaminó a los coches que esperaban, o al mastodóntico autocar de la compañía aérea. Jan Vauvil se rezagó dejando que la confusión se calmara lo suficiente para cazar un taxi sin demasiadas dificultades. No le gustaban las apreturas ni los codazos.