PAÍS LIBRO

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bab fleming

secuestro en el caribe

Los dos individuos penetraron a punta de pistola en la legación norteamericana acreditada en México D.F. —Tranquilo no más —le dijeron al policía de la puerta, mientras le empujaban hacia el interior—. No pasa nada. Tras desarmarle, le encerraron en una habitación donde una mecanógrafa morena se lavaba las manos, pues había hecho un pis. Por lo tanto, se trataba de los servicios femeninos de la primera planta. —¿Cómo entran así? —exclamó la sorprendida muchacha—. ¿Qué buscan ustedes?