inspector especial
En las densas sombras de aquella noche oscura, en la que la niebla amortiguaba los rayos de luz de los lejanos focos, el edificio de la Electric Motors Corporation era como una enorme y simétrica mole negra rodeada de alambradas. Generalmente, los últimos resplandores del atardecer coincidían siempre con los primeros de las lámparas eléctricas, que cada quince metros pendían de los delgados postes de hierro que formaban parte de la valla; pero aquella noche no sucedía así, y nadie se hubiera arriesgado a caminar por sus tenebrosos alrededores.