uno de los tres
El automóvil de Arizona Jim paró ante la residencia de míster Arthur Frock, el conocido diplomático. Del automóvil saltaron el sheriff y Pete, su simpático ayudante chino. Una cuidada senda, entre los macizos de flores del parque, los condujo a una amplia escalinata, de aquí a un hall severo y elegante, y, por último, se hallaron en presencia de míster Frock. Cuando hubieron tomado asiento ante la suntuosa mesa de despacho, el dueño de la morada alargó una carta al sheriff. —Vea usted la última de las amenazas, míster Arizona. Era una carta vulgar, en que se amenazaba de muerte a míster Frock. Hacía referencia a algunas misivas anteriores.