PAÍS LIBRO

Autores

anónimo

la droguería de los criminales

—¡Ladrones, ladrones! Me han robado. Estas voces daba furioso uno de los pasajeros de a bordo del vapor California, que acababa de entrar en la bahía de Nueva York. Todo el mundo se llevó las manos al propio bolsillo para asegurarse de si estaban en él su cartera y su reloj.