PAÍS LIBRO

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anónimo

huida del palacio de jabba

No todos los grandes héroes de la galaxia conocida son humanos o alienígenas. Más de uno y más de dos androides han tenido y tienen que ver con el devenir de la galaxia, ya sea en el Imperio o en la Alianza Rebelde. A ti, ni te va ni te viene, pues más pronto que tarde terminas cambiando de dueño. En esta ocasión, tu amo es una babosa gigante llamada Jabba. Se trata de un Hutt, natural de Nal Hutta, aunque más que su aspecto te preocupan sus compañías. No te gustó nunca la pinta de aquel horrible lugar ni la de tus compañeros de tareas. Tus motivadores parecían no engañarte, o al menos eso es lo que te hacían percibir tus foto receptores, que tan extrañamente bien programados has tenido siempre. Sin embargo, tus sospechas se han convertido en el resultado preciso de una secuencia lógica activada por la destrucción de una unidad R2 con la que compartías tarea. Apenas te has repuesto de la destrucción de la susodicha unidad, precisamente con la que más partículas de carbono y componentes tenías en común, cuando el capataz de la instalación, un atroz centro de sufrimiento para androides situado en el Palacio de Jabba, te manda llamar. Ni siquiera tiene el decoro de evitar inquietar tus sensores acústicos con el básico galáctico, en vez del limpio código binario. Estás convencido que su programación detecta tu frecuencia de energía repleta de electrones.