PAÍS LIBRO

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anónimo

el terror en la noche

Sonó un disparo, y el sombrerón enorme del chino Pete quedó horadado de parte a parte por una bala. Pete, de un salto, se escondió detrás de una roca, mientras sus dos compañeros, empuñando las carabinas, se aplastaban contra el suelo y oteaban, vigilantes, el horizonte. Aquellos tres hombres no eran otros que el célebre sheriff Arizona Jim, entonces en el pleno resplandor de su gran fama, y sus dos ayudantes: Porthos y Pete.