PAÍS LIBRO

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angelo de tarturis

¡warren ataca!

FRANK Warren vio perderse en la lejanía las luces de Pensylvania. Aunque Sylvia le creía poco propenso a expansiones sentimentales, no dejó de asociar aquellos puntos parpadeantes al recuerdo de la joven. No era preciso elevar los ojos al cielo para contemplar las estrenas. Debajo del avión de pasajeros, como dándole un adiós mudo y elocuente, cientos de luminarias le acompañaban al emprender el vuelo.