PAÍS LIBRO

Autores

álvaro de laiglesia

libertad de risa

Aunque se esforzaba en disimularlo, se advertía que aquel señor con barba estaba nervioso. Varias veces, cuando el camarero del restaurante pasó a su lado, alzó la vista del plato como disponiéndose a decirle algo. Pero luego, temiendo sin duda que le oyeran los comensales de las mesas vecinas, se arrepintió y puso de nuevo toda su atención en el filete que estaba troceando.