providencia
Si soy sincera, una cita con Mark me asusta. Nuestros encuentros frecuentes han hecho que nunca esté lejos de mi mente. Eso me ha dado más tiempo para pensar en él. Y me ha hecho llegar a la conclusión de que... me gusta. Me gusta su sonrisa, sus bromas y sus caballerosidad, su cortesía persistente y la forma en que toma mis desastres verbales y los convierte en un rompehielos. La forma en que me mira como si mereciera la pena fascinarse conmigo. Solo me detiene mi ansiedad ante la idea de que me rompan el corazón. ¿Cómo evitas que tu cerebro intente convencerte de evitar algo bueno?