la muerte os saluda
Becky Hillman se detuvo en actitud vacilante ante la puerta de hierro Que daba paso al jardincillo que rodeaba el “chalet” en donde residía Barry Wilding. No había demasiada luz en la hermosa zona residencial en la que, por otra parte, dominaba en aquella hora un silencio impresionante. En la lejanía, un tocadiscos lanzó al aire las notas de uno de los últimos éxitos de Paul Anka.