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alf. regaldie

la muerte me buscaba

De verdad que no quería verme metido en más líos. Conservaba aún mi licencia de detective privado, pero me había dedicado a vender extintores de incendios. ¿Han probado alguna vez a vender tal cosa? ¿No? Pues créanme, no prueben. Son difíciles de vender. Cuando no hay incendio, no hay miedo de convencer a nadie de que su industria, su comercio, su estudio, se puede incendiar. Y naturalmente, no le compran. Cuando hay incendió tienen preferencia los bomberos, que llegan antes y resultan más baratos. Y tampoco hay quien le compre a uno. Si usted es capaz de vender extintores de incendios, podrá vender cualquier cosa. Pruebe y se convencerá.