gesta de audaces
Roberto Casey, «Bob», como le llamaban sus amistades, era, ante todo por vocación, una tecnomaníaco, un verdadero genio de la radio. Pero su naturaleza de luchador, de aventurero, que de todo tenía el joven teniente, le había llevado desde un cómodo puesto en Londres, a su actual destino, nada cómodo, pero donde podía dar rienda suelta a sus inquietudes, a su temperamento, a su carácter un tanto soñador y violento.