PAÍS LIBRO

Autores

alf. regaldie

errantes en el infinito

Sarita Naranjo dejó descansar su cabeza sobre el pecho de Luis Arana, quien, inundado de suave felicidad, acarició con delicia los sedosos cabellos de la joven. Y ella levantó su mirada hasta encontrarse con la de él, resplandeciente de dicha.