las verdades en su piel
«Las malas decisiones traían consigo una serie de tragedias que sucedían en cadena. Mi relación con Nils era mágica, arrolladora, y además, cumplía con los requisitos para que fuera duradera. Podía arrasar como los tornados y derribar muros con los puños, pero aún quedaba una prueba más que superar. Una prueba que ni siquiera las runas de Muriel podían anticipar: mi enfermedad que avanzaba a pasos agigantados. De nada habría servido la protección de un simple garabato como el símbolo vikingo del vegvísir, ni descubrir mis verdaderos orígenes. El destino me tenía reservado un cometido y no solo era liberar el alma atormentada de mi tataradeuda, sino el de escuchar la verdad de Nils y así absolverlo o condenarlo para siempre».