diario de un desertor
Este Diario de un desertor lo escribió Alberto González a partir del mismo día en que decidió dejar el avión que lo llevaba a Moscú, y lo concluyó casi tres años después, cuando finalmente Miriam, su esposa, y sus dos hijos, Mirielle y Jorge Alberto, fueron autorizados por el gobierno cubano a salir de Cuba; su intención, según sus propias palabras, “era poder liberar las tensiones que se iban acumulando en el día a día de una nueva vida, en un país desconocido y lejos de sus seres queridos, y que estas vivencias, incertidumbres y preocupaciones quedaran reflejadas en dicho diario, para que no se perdieran, y que al ser leídas se pudiera entender mejor el drama cubano y el de sus numerosísimos ‘desertores’.