PAÍS LIBRO

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albert rosbund

yo, culpable

Era un día soleado y hermoso, como casi todos los de aquella primavera que tocaba a su fin. Desde la concurrida terraza del Golden Bar se podía observar el tranquilo y azul mar, salpicado de numerosos veleros blancos, mientras se saboreaba un combinado. Miramar Beach hacía buenos los slogans publicitarios: paz, belleza, sol, mar… el lugar ideal para su descanso, para recobrar sus ganas de vivir.