PAÍS LIBRO

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alar benet

noche de angustia

Todas las fuerzas de seguridad de Filadelfia fueron movilizadas. Numerosos coches oficiales circulaban por las amplias calles, casi desiertas pese a no haber anochecido aún. Las zonas próximas a los ríos Delaware y Schuylkill, entre los que se alza la ciudad, estaban siendo evacuadas ante la certeza del desbordamiento de ambos cursos de agua. Un clima de angustia, habíase creado con las advertencias lanzadas por prensa, radio y televisión. El cielo, gris plomizo, oscurecíase más y más y un viento fuerte anunciaba a los vecinos de la gran población, denominada popularmente «Ciudad de las Viviendas», que las predicciones meteorológicas eran ciertas, que no se trataba de una falsa alarma.