la diosa blanca
EL hechicero, vestido extrañamente con ropas entre las que predominaban las pieles de animales salvajes, alzó ambos brazos echando la cabeza hacia atrás con tanta violencia que los que integraban el safari dirigido por el profesor Arthur Evatt temieron que el cuello del negro se quebrase o que fuera víctima de un ataque epiléptico.