¡¡pesadilla!!
El señor Eneas Wilson era un respetable padre de familia de treinta y seis años. Tenía una hermosa mujer llamada Carolina y un hijo de siete años de nombre David. Tenía también una tienda de objetos fotográficos en la calle Riverside de la pequeña localidad de Colberstone, Arizona. Era una ciudad tan pequeña de apenas mil quinientos habitantes.