PAÍS LIBRO

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adam surray

la semilla del odio

Los dos jinetes avanzaban sudorosos por la desértica llanura. Ambos llevaban el sombrero sobre la frente para protegerse de los llameantes rayos del sol. —¡Maldita sea, Stuart! ¿Qué necesidad tenemos de cabalgar ahora? —Te conviene tomar el sol, Fred. Vas a estar mucho tiempo sin verlo. Fred Donlevy entornó los ojos. Era un individuo joven, de unos veintiocho años. Cabello rizado, frente despejada, nariz recta, labios de firme trazo y barbilla cuadrada. Vestía camisa oscura y chaleco de ante ador nado, con botones de plata. Pantalones rayados y botas tejanas. Se cubría con un sombrero de alas anchas y copa aplastada. La funda de su cinturón canana estaba desprovista del correspondiente revólver.