el enemigo público numero uno
Ralph Crichton escupió la brizna de tabaco pegada a su labio inferior. —¿Estás seguro, Matt? —Sí, jefe. Es Dam Shepard. Uno de los ayudantes del fiscal Lewis Tamblyn. Su protegido. Incluso se rumorea que pronto celebrará matrimonio con la hija de Tamblyn. Ralph Crichton empujó hacia atrás el sillón giratorio para incorporarse y acudir frente a un gran espejo que adornaba la pared del despacho. Al pulsar un resorte, el espejo se transformó en diáfano cristal. Desde allí se podía contemplar una panorámica de la sala de juego. —¿Dónde está?