PAÍS LIBRO

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adam surray

el carroñero

El capitán Levinson llevó su mano izquierda a la cabeza y se mesó los cabellos. Cabellos ya no muy abundantes y grises en los aladares. También su cansino rostro acusaba prematuras arrugas. Los ojos, semiocultos por unas cejas oscuras y pobladas. La mirada de Burt Levinson se centraba sobre un objeto depositado sobre la mesa escritorio. Un objeto circular. Metálico. Una estrella de cinco puntas enclavada en aquel círculo. En la parte inferior, formando un arco, destacaban dos palabras...