el asesino las prefiere rubias
Rubia. Bella como una diosa griega. Con un cuerpo capaz de hacer palidecer de envidia a ninfas de leyenda. Así era Jean Reed. Veinticuatro años de edad. Rostro ovalado enmarcado por una rubia cabellera de dorados destellos. Ojos azules y casi transparentes. Lucía un elegante vestido camisero en tejido de raso-duppion. Un modelo que hacía resaltar la perfección de su cimbreante figura. Tomó un bombón. Una golosina que los cinco hombres devoraban con la mirada.