la muerte afila sus dientes
—Digo, que uno a uno iré matándolos, exterminándolos. Sí, detesto, aborrezco, odio desesperadamente a los hombres que me aman… Ellos, los que decían amarme, han condenado a mis padres a galeras… No ha habido piedad para ellos, y ya nunca más volveré a verlos… Por eso, en venganza, he jurado matar una y otra vez… Primero les dejo enamorarse —Raquel empezó a reír de un modo diabólico— luego me muestro apasionada con ellos y finalmente, cuando ya no desconfían, los mato…—¿Los matas? —Y Bill sudaba cada vez más.—Sí… Sí… —Ella seguía riéndose—. Pero aquí en Mesley, quiero hacerlo de una forma original, y por eso necesito de ti, de tus utensilios de trabajo…—¿De mis utensilios de trabajo? —repitió—. No te comprendo… Todo esto es un puro desvarío… ¿Qué es lo que dices…?Y Raquel especificó:—Necesito la sierra…