PAÍS LIBRO

Autores

a. rolcest

la muerte viste de blanco

Los que vieron pasar los dos coches por la aldea, camino de la frontera, sonrieron, sabiendo que pronto estarían de regreso, rechazados por la nieve. Hacía ya dos días que la carretera estaba interceptada. Los que iban en los dos coches no podían alegar ignorancia, pues habían tenido ocasión de leer varios avisos en el camino. Ya era de noche cuando los dos vehículos se detuvieron. Podían seguir unos cuantos kilómetros, pero no parecía ser lo difícil del camino lo que les había impulsado a detenerse. Fuera de la carretera, perdida entre los árboles, había una cabaña en cuyas ventanas se veía luz. Los dos coches habían quedado en sentido transversal, de cara a la cabaña. Y encendieron los faros, para apagarlos en seguida.