PAÍS LIBRO

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a. rolcest

cita en tierra de nadie

El soldado plantado en la fangosa trinchera, el soldado anónimo, tenía ya de la campaña de Corea una definición gráfica: No podían ganar, ni perder. Pero, además, tampoco podían marcharse. A ese callejón sin salida habían llegado las cosas. Lo comprendían así los jefes militares, los políticos, y, lo que ya era más delicado, el mismo pueblo de los Estados Unidos, que era, a fin de cuentas, quien más heridas recibía.