vanny ferrufino
aliados del amorA sus veintitrés años de edad y en su quinta temporada, lo más atractivo que Lisa Stanton, hija de los marqueses de Winchester tiene, es su dote. Una dote por la cual el empobr
amigos del placerAshley Answorth, hija de los condes de Worcester, desea casarse por amor y no descansará hasta encontrar al hombre indicado con quién compartir su vida. Sin embargo, todo se sa
déjame quererteCedric Collins sabe mejor que nadie lo que es vivir con culpas y cargar con fantasmas del pasado, pero lo que no sabe es que durante diez años vivió exiliado en otro continente
déjame sentirteHope Smith ya ha perdido mucho, por lo que ahora sólo le queda recuperar todo el tiempo perdido y empezar a vivir su vida como corresponde. Después de haber causado un gran dañ
enemigos de la pasiónRachel Answorth, hija del conde de Worcester, no es para nada lo que todos esperan de la futura beldad de la temporada; sabe pelear, la espada es su mejor aliada y por si fuera
gracias y perdónDiana Wembley no está orgullosa de su oscuro pasado, uno que prefería que su hija nunca conociera. Cuando la ambición y el egoísmo la llevaron a actuar erróneamente, terminó en
la prima del vizcondePara toda la población londinense: los vizcondes de Portman tienen el matrimonio perfecto que se basa en el respeto y se rige por la cordialidad, lo que cualquier noble espera
los secretos del condeMarcus Woodgate, conde de Hamilton, requiere de una esposa con urgencia; y no de una cualquiera, sino de una dama con una exquisita dote que le permita pagar las deudas que adq
rivales de la seducciónRiley Stanton sabía cuál era su deber, su función y objetivo: debía casarse con el conde de Devonshire, traer al mundo a un heredero para el condado y tratar de tener un matrim
tu perdónDespués de unas vacaciones de tres meses, Aria Rivers debe enfrentar las consecuencias que un amorío a corto plazo le dejó y encontrar la mejor manera de hablarlo con su padre,
víctimas de sus sentimientosEn los jardines, en los pasillos y en todos los lugares oscuros que las veladas regalaban, Aline Anderson era víctima de sus labios, de sus caricias y de sus sentimientos; porq