Desde el lugar donde se hallaba sentado, Cherry Emerson contempló la áspera y maravillosa configuración de la cordillera. Cañones de imponente aspecto se abrían en todas direcc
Emma contaba, a la sazón, veinte años. Había vivido hasta la edad de catorce años en la ciudad capital del territorio, y Sacramento significaba mucho para ella, aun cuando habí