Tras el desenlace de la cuarta prueba, Laia y Elías se ven obligados a huir de la ciudad de Serra perseguidos por un ejército de máscaras. Ahora, su única esperanza es Darin, e
En un mundo regido por la ley marcial de la Roma Antigua, el precio de la desobediencia es la muerte. Laia y su familia sobreviven en los callejones más pobres, sin cuestionar